Si tienes un inmueble en alquiler y has tenido problemas con el inquilino, es posible que se te haya pasado por la cabeza hacer alguna cosa al respecto y posiblemente hayas pensado en cambiar la cerradura. ¿Dónde quedan los límites legales y éticos en las relaciones contractuales con nuestros inquilinos? Sigue leyendo hasta el final.
Hoy volvemos con un caso reciente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra que nos lleva a reflexionar sobre las graves consecuencias legales de cambiar la cerradura de una vivienda alquilada sin permiso ni conocimiento del inquilino. ¿Qué pasó y cuáles son las implicaciones de este acto?
La protagonista de esta historia es la propietaria de una vivienda que había suscrito un contrato de arrendamiento de vivienda habitual con la inquilina en marzo de 2019. Este contrato se prorrogó automáticamente por dos años más. Sin embargo, al llegar al tercer año de vigencia del contrato, la propietaria informó a la inquilina de su intención de no renovarlo. La respuesta de la arrendataria fue clara: no abandonaría la vivienda hasta encontrar otro lugar donde alojarse junto a su hijo de ocho meses. Además, le aseguró que seguiría pagando la renta tal como lo había hecho hasta ese momento.
Es en este punto donde la situación dio un giro dramático. Aprovechando un momento en el que la inquilina no se encontraba en la vivienda, la propietaria cambió la cerradura de la misma. Como resultado, la inquilina se vio imposibilitada de acceder a su propio hogar, quedándose en la calle sin sus pertenencias y con su hijo.
La propietaria fue aún más allá. No solo cambió la cerradura, sino que también dio de baja el empadronamiento de la inquilina en la vivienda alquilada y se empadronó ella misma en el lugar. Además, se apoderó de las pertenencias y enseres de la inquilina, que se encontraban en la calle debido a su imposibilidad de acceder al inmueble.
Las Consecuencias Legales
Ante esta violación de los derechos de la inquilina, la Audiencia tomó medidas. Condenó a la propietaria a dos años de prisión por un delito de coacciones y a otros dos años por un delito de hurto agravado. Además, le impuso la obligación de pagar dos indemnizaciones: una de 6.000 euros por los daños morales causados y otra de 4.819 euros por los objetos sustraídos y no recuperados.
Talaiot, tu Inmobiliaria en Mallorca
Este caso sirve como recordatorio de la importancia de respetar los derechos y límites legales en las relaciones propietario-inquilino. Cambiar la cerradura de una vivienda alquilada sin el consentimiento del inquilino puede tener consecuencias legales graves. En Talaiot Inmobiliaria, entendemos la importancia de mantener relaciones propietario-inquilino justas y respetuosas. Si estás buscando asesoramiento en el complejo mundo de las propiedades y los contratos de alquiler en Mallorca, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.